Más allá del nearshoring: La construcción del ecosistema méxicano en base a los aliados regionales

En México se está viendo un momento  emocionante. El ecosistema de startups está tomando fuerza como pocas veces antes, y no es solo una sensación: los números lo confirman. Durante 2024, las startups mexicanas han  levantado cerca de US $1.674 millones en fondos de capital de riesgo, un crecimiento de casi 60 % respecto al año anterior, según datos de Transactional Track Record. 

Esto lo posiciona como el segundo país con mayor inversión en startups en toda América Latina, sólo superado por Brasil. Y si bien, el número de rondas se redujo, lo que creció fue el tamaño de cada apuesta: los fondos están confiando en proyectos más consolidados, más ambiciosos y con planes claros de expansión.

Ese cambio también dice algo de nosotros. Estamos madurando. Como ecosistema, ya no solo estamos sembrando, también estamos cosechando. Y eso se nota en cómo nuestras startups cruzan fronteras, se conectan con talento de otros países y se vinculan con mercados como los de EEUU, Colombia y Centroamérica. Hoy, la innovación viaja sin pasaporte.

En toda la región se respira esa energía. Durante 2024, la inversión total en startups latinoamericanas creció un 26 %, lo que no es menor si pensamos en el escenario global. Mientras Asia sudoriental retrocedía cerca de un 14% y Europa apenas crecía, América Latina mostró que sigue siendo una región atractiva para el capital de riesgo. Una región que no solo está produciendo soluciones, sino también historias.

Hay varias formas para medir el éxito, puede ser en temas económicos, sociales, impacto o algo tan simple pero valioso como una misión fuerte. En este sentido, una startup debe estar alineada a la mayor cantidad de atributos, para motivar a inversiones y transformar una idea en un gran modelo de negocio, o más conocido en el rubro, un unicornio. 

Kavak, startup enfocada en la compra y venta de autos, fue fundada en 2016 de la mano de Carlos García. Tras un par de años de aceleramiento y gracias a diferentes inversionistas, entre 2020 y 2021 no solo ocupó el nombre de ser la primera empresa unicornio en la historia de México, sino también ser la startup privada de mayor valuación en Latinoamérica. Esto permito abre rápidamente operaciones en Argentina, Brasil, Perú y Chile, además de una expansión internacional en Emiratos Árabes y Arabia Saudita

Del otro lado, nuestras startups también están saliendo a buscar mercados. Clip, especializada en pagos digitales, está cada vez más presente en Colombia y Perú. Justo, enfocada en soluciones para e-commerce, está levantando rondas que no solo apuntan a crecer dentro de México, sino también en el resto de la región. Y eso es una señal potente: no estamos solos. Formamos parte de un circuito de innovación que tiene sus propios códigos, sus propias rutas y una identidad que, sin dejar de ser local, es profundamente latinoamericana.

Hay algo interesante que se repite en todos estos casos: las startups que más crecen son aquellas que logran adaptarse al contexto, entender la realidad de cada país y construir desde lo colectivo. No se trata de replicar una fórmula, sino de aprender en movimiento, de intercambiar saberes y encontrar oportunidades en la diversidad.

Por eso creemos que las relaciones entre México, Chile, Perú y Colombia están entrando en una nueva etapa. Ya no se trata solo de tratados comerciales o exportaciones tradicionales. Hoy estamos hablando de inversión compartida, de alianzas tecnológicas, de plataformas que funcionan en distintos países al mismo tiempo, de founders que viajan, se instalan, se mezclan.

Esta es una conversación que recién comienza, pero que ya tiene cimientos sólidos. Si seguimos abriendo caminos entre nuestros ecosistemas, si fortalecemos los marcos regulatorios y si fomentamos el intercambio de talento, podemos construir una región más conectada, más eficiente y más justa.

Estamos convencidos de que Latinoamérica tiene todo para consolidarse como un polo global de innovación. Y México, desde su lugar, tiene mucho que aportar. Lo estamos viendo en cada pitch, en cada ronda, en cada nueva alianza que cruza las cordilleras y se convierte en oportunidad.

Compartir...